¿Para qué quieren gobernar?

-Trigésimo primer comunicado-

CARTA ABIERTA

A LOS DIRIGENTES DEL PRD, PT y MC

En Democracia Deliberada, corriente política y de opinión de la izquierda partidista, hemos seguido con atención las desapariciones y asesinatos que han ocurrido en el estado de Guerrero y ha llegado la hora de decirles lo que pensamos. Por acción del gobierno municipal de Iguala y por omisión del gobierno estatal ha habido personas asesinadas, mutiladas y/o desaparecidas. Los testimonios y otras evidencias recabadas por organizaciones sociales, por la prensa y ahora por la Procuraduría General de la República, indican que hubo participación de las autoridades y una violación premeditada, alevosa y brutal de los derechos humanos de decenas de individuos durante varios años.

Éste es un crimen de lesa humanidad, una crisis de derechos humanos como no la habíamos visto en décadas, producto del abuso de poder en un estado donde gobierna el PRD en coalición con el PT y MC. La izquierda llevó al poder tanto a Ángel Aguirre Rivero, exgobernador, exdiputado y exsenador de la República del Partido Revolucionario Institucional, como al ahora prófugo exalcalde de Iguala, José Luis Abarca. Los dos fueron candidatos con una coalición social y de gobierno que ahora se revela como sospechosamente cercana a la red de impunidad que permitió los acontecimientos de Iguala: tanto los asesinatos políticos del año pasado como los asesinatos y la desaparición de estudiantes normalistas de ahora. Ésta fue una coalición electoral muy costosa para todos: para el PRD, para sus militantes y para el país.

Señores dirigentes de los partidos de izquierda ¿por qué quisieron ganar así? ¿para qué querían o para qué quieren gobernar Guerrero o Puebla o Oaxaca o Michoacán o Sinaloa o Morelos o la Ciudad de México de esta manera? Entendemos que las coaliciones locales son redituables para los partidos, sobre todo para los partidos pequeños y mal organizados, los que crecen mal. Y son redituables en términos de movilización de recursos y de votos, pero no en términos de capacidad de buen gobierno. Ésto es trágico porque la lógica electoral de corto plazo termina dominando sobre el fortalecimiento de los partidos en el largo plazo y sobre su capacidad para prescindir de acuerdos corruptos de estabilidad autoritaria y de control local.

Como militantes les volvemos a decir: el PRD no debe ganar así porque ni el PRD ni la izquierda en general deben gobernar así. Nunca más. La consecuencias están a la vista. Hay costos que ninguna institución se debe permitir. Ésta es una de ellas. Las dirigencias de los partidos han fallado con las decisiones que tomaron. No deben seguir haciéndolo.

Las investigaciones sobre cada uno de los crímenes y sobre los acuerdos de impunidad que los permitieron, deben llegar a fondo y los culpables deben ser castigados. El PRD, el PT, MC y MORENA no deben ser un estorbo para que se haga justicia. El gobernador Ángel Aguirre, el dirigente estatal del PRD  Carlos Reyes, el diputado federal y líder estatal de Nueva Izquierda, Sebastián de la Rosa, y el exsecretario de salud del estado, Lázaro Mazón, entre otros, estuvieron enterados de los horrores que ocurrían en Iguala y no actuaron con prontitud ni suficiencia. En un acto que consideramos vergonzoso e indigno de la historia de la izquierda partidista, ni siquiera fueron capaces de exigir justicia o de demandar el esclarecimiento de los asesinatos de los militantes de su propio partido.

Por eso, en Democracia Deliberada exigimos a la dirigencias de los partidos de izquierda en Guerrero que, mediante sus bancadas, promuevan el desafuero del gobernador Ángel Aguirre para que pueda investigarse a fondo su probable responsabilidad, por acción u omisión, de los acontecimientos que han derivado en esta tragedia. El retiro de Ángel Aguirre es necesario para que las investigaciones puedan realizarse de manera libre e imparcial, sin estar sujeta a presiones políticas o gubernamentales. En este punto, a cuatro semanas de la tragedia, y dados los escasos resultados de las indagatorias iniciales, la aparición de numerosas fosas con cuerpos sin identificar y la quema del Palacio de Gobierno, la mejor contribución que podría hacer Ángel Aguirre a la gobernabilidad del estado sería dejar el cargo y facilitar las investigaciones correspondientes.

Por lo mismo, también hacemos un llamado urgente a todos los dirigentes, funcionarios, representantes y militantes de los partidos de izquierda en general, para que acudan voluntariamente a la PGR (si aún no lo han hecho) a dar su testimonio en caso de que tengan información sobre la tragedia o sobre las redes de corrupción e impunidad que la hicieron posible.

Los partidos de izquierda que ustedes dirigen no se han sabido aislar del crimen organizado. Para nosotros, esto es  inaceptable. Decimos un NO rotundo a esa izquierda. No basta con decir que ahora sí se va a investigar a los candidatos para saber si éstos tienen o no ligas con el crimen organizado. Esto debe ocurrir en los hechos y en ello se debe ser tan escrupulosos como sea necesario.

A todos debe quedar claro que “perder Guerrero” no es perder un bastión útil electoralmente para la izquierda del futuro. ¿Cómo pensar la izquierda del futuro sin despojarse de las peores prácticas para ganar elecciones? ¿Cómo pensar en ésa izquierda sin estar dispuesto a negarle las candidaturas a personajes contrarios a la ideología del partido y a quienes no tienen un entendimiento elemental de la práctica democrática de gobierno? ¿Cómo pensar que la izquierda tenga futuro en el país si no es capaz de derivar de los triunfos electorales gobiernos responsables, progresistas y representativos? Bajo estas preguntas y sus obvias respuestas, la realidad es que los partidos de izquierda perdieron Guerrero hace tiempo. Es momento de reconquistarlo, en las urnas cuando toque, pero sobre todo, en el ejercicio del poder público hoy.

Nuestros partidos no han sabido establecer mecanismos democráticos de selección de candidatos que vayan más allá de la discrecionalidad que suele esconder nepotismo, amiguismo o entrega de cuotas a cambio de votos o dinero. Nuestros partidos han caído en un pragmatismo electoral imperdonable que es necesario abandonar. Por eso llamamos a las dirigencias a terminar de una buena vez con el sistema de repartición de cuotas, puestos, presupuesto y candidaturas a los “líderes” de cada corriente. El sistema de cuotas perpetúa la discrecionalidad en la selección de sus candidatos y premia las movilizaciones electorales clientelares, el gasto electoral no registrado y las coaliciones de gobernabilidad disfuncionales e inauditables.

Como militantes indignados, hoy más que nunca queremos partidos de izquierda democráticos, transparentes, con vocación deliberativa, comprometidos con los más débiles, justos, transformadores y, sobre todo, buenos gobernantes, que sean capaces de ofrecer soluciones eficientes y dignas a las peores complejidades sociales en todo el país. En Iguala y en buena parte de Guerrero, pero también en algunas otras entidades que han sido gobernadas por la izquierda recientemente, esto definitivamente no ha ocurrido.  

En el ejercicio de gobierno nuestros partidos han fracasado y es hora de pagar las consecuencias. Las dirigencias, por su parte, también deben saldar su deber político y ético con las víctimas y cumplirse a sí mismos. Hay que volver a tratar de ser los partidos que siempre debieron ser. Es necesario evitar los malos gobiernos y que los enormes costos sociales asociados a éstos vuelvan a ocurrir. Hay costos que ninguna institución se debe permitir. Éste es uno de ellos.

Quienes desde la izquierda partidista rehúyan a un ejercicio urgente de autocrítica, nieguen sus responsabilidades, privilegien el triunfo electoral sobre un auténtico gobierno democrático de izquierda o renuncien a usar su militancia para cambiar el statu quo que derivó en la tragedia de Iguala, serán nuestros adversarios políticos.

Democracia Deliberada
Corriente política de la izquierda partidista

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